¿Desabastecimiento o Escasez en Venezuela? ¿Existe Alguna Diferencia?

Escasez en Venezuela

Para el común de las personas, incluyendo a políticos y medios de comunicación, entre los conceptos de escasez y desabastecimiento, pareciera no haber ninguna diferencia. Se acostumbra usar, como sinónimos, ambos términos. Prefiriendo, sin embargo, el de escasez, para denotar la ausencia de algún producto en el mercado.

Imaginan quizá, que de haber cierta disparidad, entre estos vocablos, no sería relevante. Que, dicha sutileza verbal, en nada cambiaría el sentimiento de impotencia, rabia y desesperación, que sentimos al no encontrar los bienes básicos para el consumo diario.

Tanto los consumidores, como los vendedores, se ven afectados, cuando los productos que satisfacen las necesidades del primero, y garantizan los ingresos del segundo, no se encuentran. La razón, posiblemente, a ellos se les escapa. Pero, podemos tratar de explicarla, de acuerdo a lo que la economía nos ha enseñado, y probado, desde hace un tiempo.

Para la ciencia económica, ambas conceptos remiten a realidades diferentes. La escasez está presente en todo momento y lugar, de hecho su existencia origina el problema de estudio de esta disciplina: la asignación de los recursos escasos para la satisfacción de necesidades ilimitadas.

Para los economistas, la escasez es una realidad, con la que debemos lidiar todos los seres humanos, día a día. No se trata, pues, de que este o aquel producto, haya desaparecido de los anaqueles temporalmente.

Por otra parte, el desabastecimiento, está acotado a que NO HAY algún producto, en un determinado espacio geográfico (una ciudad o un país).

Lo más notable, al cotejar ambos términos, es que el desabastecimiento NO DEBERÍA EXISTIR. Y, de hecho, se presenta solo en determinados bienes, o lo sufren solamente algunas naciones en el mundo. Aquellas que han fracasado, en sus estrategias para vencer la escasez, a través de una organización económica productiva. O que, víctimas de alguna catástrofe, natural o humana, se haya alterado la provisión acostumbrada, de algunos bienes.

La escasez, la deben afrontar las naciones ricas y pobres. Por otra parte, es evidente que hay naciones pobres, que no sufren de desabastecimiento.

Son pobres porque, aunque los productos están en los anaqueles de los supermercados, una parte importante de la población no tiene acceso a ellos, debido a sus bajos ingresos. En una situación de desabastecimiento, se da la paradoja de que los consumidores tienen el dinero en sus manos, y necesitan el producto, pero no lo encuentran en donde debería estar. En los supermercados no hay comida, en las farmacias no hay medicinas, en las ferreterías no hay materiales de construcción.

El peor de los mundos es, sin dudas, un país pobre, y que además, sufra de desabastecimiento… ¿Se les ocurre alguno?

Las causas de la ausencia de bienes en los comercios, podemos encontrarlas en desequilibrios, desde el lado de la oferta y desde el lado de la demanda.


POR EL LADO DE LA OFERTA:

Un mercado desabastecido debería ser el paraíso de los empresarios, debido a que podrían vender su producto, sin esfuerzo, a los compradores desesperados.

Pero, si no se da la respuesta de los productores, a la demanda insatisfecha, debemos imaginar poderosas razones. Aparte de algún evento de naturaleza fortuita. como una sequía o un cobflicto bélico. El desabastecimiento, podría tener su origen en un ambiente hostil al empresariado: exceso de controles, rigidez en el mercado laboral, inseguridad personal y jurídica, falta de insumos para la producción, alta inflación, falta de divisas para importar lo que no se fabrica en el país, etc.

Todos estos factores, limitarían la capacidad productiva, y la oferta, de bienes y servicios.


POR EL LADO DE LA DEMANDA:

Los controles de precios, y subsidios de algunos productos, incentivan el consumo de los mismos, por su bajo costo. Lo anterior, hace que sean demandados en cantidades mayores, de lo que lo harían los consumidores, a precios más altos. Igualmente, las expectativas inflacionarias, y la inseguridad de conseguir mañana lo que podemos comprar hoy, al precio señalado, lleva a los compradores a crear inventarios domésticos. Ya sea para su consumo, o incluso para intercambios futuros.

Igualmente, la incertidumbre de contar siempre, con la disponibilidad del bien, hace que se compre cantidades adicionales. Por encima de lo que se haría, en una situación de abastecimiento regular de mercaderías.

La conjunción de los desequilibrios, los de la oferta y la demanda, se retroalimentan y potencian, llevando el problema a niveles cada vez peores.

Venezuela, desde el año 2013 a esta fecha, vive una crisis de abastecimiento. En ella, se sufre por la falta de productos alimenticios, de aseo personal y limpieza, de medicinas, entre otros. Bienes, con diverso grado de importancia, para no solo tener calidad de vida, sino por lo menos sobrevivir.

Puede parecer un detalle fatuo, tratar de precisar los significados de los términos sobre los que venimos hablando. Pero, es bueno recordar, que la escasez existe sin culpables, y en todo momento y lugar. Mientras, el desabastecimiento reclama que se precisen las causas, y los responsables, de que se presente. Entonces, usar una palabra en lugar de otra, podría impedirnos ir más allá de la falta del producto requerido. Sin obligarnos a preguntar: ¿Por qué? ¿Por quiénes? Como paso previo a la búsqueda, y la exigencia, de soluciones.

La respuesta a la escasez, es un sistema económico productivo, que haga el mejor uso posible de los recursos, para la satisfacción de las necesidades. La solución al desabastecimiento, es la corrección de las políticas que impiden, al sistema económico, producir con eficiencia.

Por eso: NO LO LLAME ESCASEZ CUANDO ES DESABASTECIMIENTO.

Leave a Reply