En nuestro país tenemos varios tipos de cambio, por lo menos tres. Dos de ellos, oficiales, el DIPRO y el DICOM (llamado dólar SIMADI), cuyos valores fijan las autoridades. Y un tipo de cambio paralelo, de mercado negro, cuyo precio se establece en transacciones particulares. Sin embargo, ese dólar paralelo, debido a la escasez de divisas en el mercado regulado, termina siendo usado para fijar los precios en la economía. El diferencial entre el dólar negro y el oficial es considerable. Para el 13 de febrero de 2017 el dólar SIMADI cotizaba en 689,68 y el paralelo en 3720,12 bolívares. Un abismo mayor a 3.000 bolívares separa ambos tipos de cambio, y dentro del abismo caemos todos, consumidores y productores.
Esta terrible realidad podría cambiar, para bien de todo el país. Se ha insistido en levantar el control cambiario como medio para lograrlo.
Pero ¿Cómo la eliminación del régimen cambiario lo beneficiaría a Ud. amigo lector? A explicarlo dedicamos las siguientes líneas.
Todo tiene su final
Así dice un tema clásico de la salsa, interpretado por el gran Héctor Lavoe. Y llegará el día en que el control de cambio en Venezuela también tenga su final. No podemos saber cuándo ni cómo, pero es bueno estar preparados.
Este 2017, el régimen cambiario venezolano, cumple 14 años, desde la creación de CADIVI un 05 de febrero de 2003. En este lapso, con éxito dispar, el gobierno nacional ha regulado la compra y venta de divisas en nuestro país.
Actualmente, son varias las voces que se escuchan, clamando por la eliminación del control de cambio. Según los que esto piden, el mismo ha dejado de cumplir su misión de resguardar el valor de la moneda. Las cifras son claras en este sentido, en los últimos cuatro años, el tipo de cambio ha pasado de 4,30 a 689 bolívares por dólar. Es decir, nuestro signo monetario ha sufrido una HIPERDEVALUACIÓN de más de 10.000 % (sí, es en serio, amigo lector).
Si el régimen cambiario no ha protegido el valor del bolívar, tampoco lo ha hecho con las reservas internacionales. Los ahorros de la nación pasaron de 28.000 a 10.600 millones de dólares desde febrero de 2013 a febrero de 2017.
Es decir, los dos objetivos principales, perseguidos por las autoridades al intervenir el mercado de divisas, como son la defensa del valor del bolívar y de las reservas internacionales, no se han logrado.
Debido a la inutilidad del régimen cambiario, se impone la necesidad de reformarlo radicalmente o ir a su total eliminación. Ambas salidas implicarían en un primer momento una devaluación del bolívar.
En el escenario posterior a la reforma, o eliminación, del control de cambio, nuestra moneda no valdría lo que marca hoy el SIMADI. Pero seguro, y esto es lo que sostienen todos los economistas en Venezuela, EL PRECIO DEL DÓLAR SERÍA MUCHO MENOR AL FIJADO EN EL MERCADO PARALELO.
¿Y cómo saber cuál sería ese precio?
Una aproximación, entre muchas otras, podría ser el valor del dólar implícito:
EL DÓLAR IMPLÍCITO, se obtiene al DIVIDIR la LIQUIDEZ MONETARIA, expresada en el factor M2 (Monedas y billetes más los depósitos en bancos) ENTRE las RESERVAS INTERNACIONALES del país para un momento dado.
El dólar implícito es una medida del respaldo en divisas, de los bolívares en manos de las personas y las empresas. Es como si dijéramos que vamos a cambiar todos los bolívares en circulación por los dólares que tiene el Banco Central de Venezuela en sus bóvedas. Al calcular la tasa de cambio para darle a cada venezolano dólares por sus bolívares disponibles, determinamos el valor del dólar implícito.
Es una medida matemática, alejada de toda especulación, del respaldo que tienen los bolívares circulantes en las reservas internacionales que posee el país. Tiene la ventaja adicional que podemos calcularlo nosotros mismos. El BCV aún nos ofrece los datos necesarios para ello, tanto del factor M2 como de las reservas internacionales.
Para el 13 de febrero de 2017, su valor era de 1.079,75 bolívares por dólar. Como vemos, muy alejado del precio del dólar en el mercado no oficial.
Recordemos, antes de levantar el control de cambio, que no todo es matemáticas
Hay otros factores que determinan el tipo de cambio de una moneda. Además de su respaldo en las reservas internacionales, un signo monetario es preferido a otro en tanto cumpla cabalmente sus funciones como dinero. Recordemos que las funciones del dinero son: Medio de cambio, depósito de valor y unidad de cuenta.
• En relación a la primera función, medio de cambio. Existen muchas transacciones, en la economía venezolana, que están siendo concretadas en monedas diferentes a la de curso legal. Esto es debido a la pérdida de valor del bolívar, producto de la inflación.
• En relación a la segunda función, depósito de valor. La inflación ha hecho al bolívar inservible para resguardar nuestra riqueza. Es preferible cambiar los bolívares, por bienes u otras monedas, para evitar los estragos causados por la inflación.
• Y con respecto a la tercera función, unidad de cuenta ¿No se ha sorprendido Ud. mismo, amigo lector, haciendo conversiones de precios en bolívares a precios en dólares? No se avergüence, sabemos que es para tener una mejor referencia del valor de los bienes y servicios.
• Debemos agregar otro elemento, que determina el valor de cualquier moneda, las expectativas. Esperar una tasa de inflación más alta o una posible devaluación, dos tragedias recurrentes en nuestra economía, hace que conservar el patrimonio familiar o empresarial en bolívares sea un acto suicida.
Por todos estos motivos, los agentes económicos buscan deshacerse de sus bolívares.
En tanto las expectativas inflacionarias, de más de tres dígitos, estén presentes en la economía, la presión sobre el tipo de cambio y su consiguiente depreciación será inevitable. Haciendo necesarios los ajustes devaluacionistas, en un circuito fatídico: Inflación – Devaluación – Inflación. Lo cual condenaría al fracaso la decisión de liberar el mercado de divisas.
Entonces, el paso previo para el desmantelamiento del régimen cambiario debería ser frenar la inflación. Tomando, claro está, medidas de carácter económico, pero también de índole política e institucional. Algunas de ellas podrían ser:
• Estabilizar los precios, a través de políticas coherentes y disciplina a la hora de emitir dinero.
• Recuperar las reservas internacionales, mediante el aumento de las exportaciones, incentivo a las inversiones y privatizaciones de empresas deficitarias.
• Acometer cambios institucionales, no sólo reformando si no haciendo cumplir las leyes. Para crear la confianza necesaria en los agentes económicos internos y externos.
• Terminar con la conflictividad política, el acoso al capital privado y recuperar la paz laboral.
• Reducir los índices de criminalidad, como paso previo para lograr el regreso de parte de los emigrantes venezolanos. Según ellos mismos, ha sido este el factor determinante para salir del país.
¿Y… qué medida agregaría Ud. amigo lector?