¿QUÉ PASÓ EN BRETTON WOODS? Los vencedores reorganizan el mundo

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La Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas

Pocos son los cónclaves políticos cuya repercusión posterior iguale al llevado a cabo en un lujoso complejo turístico de los Estados Unidos (EE.UU.) llamado Bretton Woods. Aun con parte del mundo como escenario de la Segunda Guerra Mundial, esta pacífica localidad, en el estado de New Hamshire, albergó a la oficialmente llamada Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, más conocida como Conferencia de Bretton Woods.

Las instalaciones del Mount Washington Hotel acogieron durante el verano de 1944 (del 1º al 22 de julio) a los delegados de 44 países, para las deliberaciones que concluirían con los Acuerdos de Bretton Woods, los cuales diseñaron el NUEVO ORDEN ECONÓMICO INTERNACIONAL que regiría al mundo de la postguerra.

La cifra de sólo 44 estados participantes puede parecernos poca para este año 2016, en el cual la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce a 194 naciones soberanas. Sin embargo, para aquel entonces, ellas representaban a la mayoría del mundo libre, ya que gran parte de los pueblos de África y algunos de Asia aún eran colonias europeas y además no participaban las Potencias del Eje (Alemania, Japón e Italia) aún no vencidos en la contienda. Los países comunistas bajo la tutela de la Unión Soviética asistieron a la Conferencia, sin embargo, al final no ratificaron los Acuerdos; y China, aún no República Popular, se hizo presente, suscribió el documento final, pero en 1949 se retiró tras el triunfo de la revolución comunista. Por América Latina asistieron la mayoría de los estados, Venezuela fue representada por Rodolfo Rojas como negociador.


Para no repetir la historia

La economía europea posterior a la Primera Guerra Mundial se caracterizó por:

Contracción del comercio internacional, debido al aumento de las regulaciones proteccionistas.

Tasas de inflación elevadas, ocasionadas por la financiación de la guerra y la recuperación posbélica, mediante deuda pública y generación de dinero inorgánico (la obligación de respaldar cada billete con oro se había abandonado en 1913).

Elevados niveles de desempleo al haber quedado seriamente afectada la capacidad de producción de los países participantes.

Esta reducción del mercado afectó también a los EE.UU. debido a que el principal destino de sus exportaciones era Europa.

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Pero, lo que a la postre sería de mayor gravedad fueron las reparaciones de guerra exigidas a Alemania en el Tratado de Versalles, que condujeron a la quiebra económica y la humillación de este país frente al resto del mundo. Una voz que advirtió de lo desacertado de este proceder fue el economista inglés Jhon Maynard Keynes, representante británico en Versalles (de donde se retiró indignado) y también en Bretton Woods. Keynes denunció el fatídico error y vaticinó sus funestos resultados en uno de sus escritos más celebrados: “Las consecuencias económicas de la paz”.

El monto por reparaciones de guerra exigido por Francia e Inglaterra a Alemania era impagable para la época (226.000 millones de marcos de oro) si tomamos en cuenta la postración en que dejó el esfuerzo bélico a sus principales contendientes. Para tratar de honrar sus compromisos, tanto internos como externos, el gobierno germánico imprimió dinero sin ningún respaldo, desencadenando una de las hiperinflaciones más catastróficas de la historia. En consecuencia, el descontento de los alemanes se canalizaría hacia una postura nacionalista y de revancha en contra de los países que en Versalles causaron el menoscabo económico, territorial y moral de su patria, creyendo encontrar en la ideología nacionalsocialista y en Hitler el medio para restaurar el honor mancillado… De allí a una nueva guerra, más espantosa que la recién finalizada pasaron escasos 20 años.

Para evitar una nueva conflagración internacional y con la experiencia dejada por el Tratado de Versalles, las potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial planificaron el Nuevo Orden Económico Internacional y lo plasmaron en los Acuerdos de Bretton Woods.


Estados Unidos imponen el orden

Aún no concluido el conflicto era claro qué país marcaría la pauta económica y política en los años futuros. EE.UU. era uno de los pocos participantes de la II Guerra Mundial cuyo territorio, población civil, organización política y aparato industrial no había sido afectado. Era el gran acreedor de las potencias aliadas, a las cuales sufragó parte de sus gastos en estos años mediante créditos, poseía grandes reservas de petróleo y oro, influía notablemente en la política interior y exterior de los países no comunistas en vías de desarrollo. Sin embargo, los líderes de EE.UU. encabezados por Franklin D. Roosevelt entendieron que de nada les serviría ser ricos en un mundo de pobres, con la amenaza adicional de la Unión Soviética, aumentando su influencia en los países de economías deterioradas y el riesgo de nuevas guerras si no se lograba el resurgimiento de las naciones afectadas por la contienda, incluyendo a las derrotadas Alemania, Japón e Italia. Es decir, teniendo presente las lecciones duramente aprendidas del Tratado de Versalles.


El Sistema de Bretton Woods

Los Acuerdos de Bretton Woods se basan en el convencimiento que el libre comercio contribuiría al crecimiento económico de todos los países del mundo, en contra del espíritu proteccionista que prevaleció luego de la I Guerra Mundial. Para contribuir a garantizar las transacciones internacionales de bienes se necesitaba tipos de cambio estables, por lo cual se propuso un modelo semejante al patrón oro abandonado en 1913. En cuanto a los gastos necesarios para la reconstrucción de las naciones devastadas se financiarían con la creación de un ente multilateral de crédito. Todos estos principios y propuestas tomaron forma en lo que se conoce como el Sistema de Bretton Woods y sus Instituciones.

El dólar como moneda de referencia mundial
Debido a que los EE.UU. para la fecha poseía las reservas de oro más cuantiosas del mundo, se adoptó un patrón oro-dólar mediante el cual la moneda norteamericana pasó a convertirse en la más utilizada a nivel mundial.

Este patrón oro-dólar fijaba el precio del oro en 35 dólares la onza del metal precioso y los EE.UU. garantizaban la total convertibilidad de sus billetes en oro cuando así se lo requiriera el portador, por lo que en teoría tener dólares era lo mismo que tener oro depositado en Fort Knox (base militar ubicada en el estado de Kentucky donde se almacena la mayor parte del oro propiedad de los EE.UU.). A partir de ese precio fijo del oro en dólares, se fijaban los tipos de cambio de las monedas del resto del mundo en relación al dólar.

Este sistema funcionaría mientras la cantidad de dólares en circulación en todos los países no sobrepasara el valor de las reservas de oro que los respaldaban. Ya a partir de 1960 se comenzó a sospechar que EE.UU. estaba imprimiendo más dólares de los que debía, empujado por las exigencias que le ocasionaba la Guerra Fría primero y luego la Guerra de Vietnam en los 70. Algunos países empezaron a desprenderse de la moneda norteamericana (debilitándola aún más) y crear reservas en marcos alemanes y oro. Al final, el Presidente Richard Nixon decretó la inconvertibilidad del oro con el dólar en 1971 y puso fin a este esquema de fijación de paridades cambiarias. A partir de ese momento y hasta nuestros días los tipos de cambio se establecen libremente por cada país de acuerdo a sus políticas económicas.

El Fondo Monetario Internacional (FMI)
Este ente multilateral de financiamiento nació de los Acuerdos de Bretton Woods como una institución que brindaría apoyo crediticio a aquellos países que presentaran déficits en su balanza de pagos.

El Banco Mundial (BM)
Inicialmente llamado Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) deja en claro, con sólo el nombre, la preocupación que existía en ese momento por la recuperación de las economías afectadas durante la guerra. Este organismo tendría a su cargo financiar los proyectos de recuperación y creación de la infraestructura necesaria para el crecimiento y desarrollo económico.

El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT)
Para procurar la liberalización del comercio y dinamizar las transacciones económicas entre los países fue creado el GATT, el cual logró parte de sus objetivos mediante la disminución paulatina de las barreras arancelarias y no arancelarias a las importaciones. A partir de 1995 el GATT dio paso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) como institución encargada de promover la libertad y transparencia de los mercados en la economía internacional.

Si bien es cierto que el Sistema de Bretton Woods sólo tuvo una vigencia efectiva de 27 años, desde 1944 hasta el 15 de agosto de 1971, cuando los EE.UU. abandonaron la convertibilidad oro-dólar, no puede negarse que el principio de cooperación internacional en el que se fundó, incluso con los países que fueron causantes del conflicto bélico más importante de la historia, dio frutos excelentes. El resurgir de economías arrasadas, como la de Alemania, Francia, Japón e Inglaterra, hasta alcanzar nuevamente el nivel de potencias fue en buena parte gracias a las políticas pactadas en la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas. De ella quedan sus Instituciones, muchas veces criticadas con razón, el FMI, el BM y la OMC, las cuales han ido adaptándose a los nuevos tiempos para atender los diferentes problemas de un mundo incomparable a aquel que los instauró. Igualmente debemos agradecer a Bretton Woods un periodo de relativa paz y la ausencia de conflictos bélicos de escala mundial.

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