¡Tulipanes y Burbujas Financieras!

tulipanes grande

Holanda es conocida por muchas cosas…
A mí en lo particular me recuerda siempre a Vincent Van Gogh, pero seguramente a Ud. le evoca otras imágenes: excelentes quesos, la “naranja mecánica” el equipo de futbol eterno favorito para ser campeón de la Copa del Mundo, los canales y los molinos de viento o sus extensos campos cubiertos de flores (no en vano es conocida como la “floristería del mundo”). Y dentro de la diversidad de especies florales holandesas hay una que destaca entre todas y también es señal de identidad de ese país, el tulipán.

Los primeros tulipanes llegaron a los Países Bajos en el Siglo XVI, y debido a un pulgón que transmitía un virus a la planta, los tulipanes holandeses sufrían variaciones en su apariencia naciendo flores que resultaban impresionantes y exóticas por lo que causaron sensación, convirtiéndose en objeto de lujo y signo de estatus social para la pujante sociedad holandesa, que gozaba de gran bonanza económica gracias al éxito de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, que convirtió a Holanda en una potencia comercial para la época.

tulipanes pequeños Sucedió que al conjugarse el gusto por las flores exóticas, la alta capacidad adquisitiva y las variantes sufridas por la especie, la demanda de los bulbos de tulipán creció considerablemente y con ello su precio, un solo bulbo llegó a cotizarse para 1.623 en 1.000 florines neerlandeses, cuando para la época una persona ganaba en promedio 150 florines en un año. Sin embargo, el alza de los precios no mermó el ansia por hacerse con las variedades más raras y vistosas de la flor y la demanda continuó impulsada por la entrada en escena de intermediarios y especuladores, los primeros buscaban simplemente revender los retoños de tulipán comprados; y los segundos, hacerse con las ganancias de un mercado alcista que prometía precios cada vez más altos para el producto que se comprara al día de hoy.

Como la oferta de bulbos era muy difícil de incrementar en el corto plazo comenzaron a adquirirse los derechos sobre los retoños aun no recolectados, es decir se creó un “mercado a futuro” donde se plasmaba en un papel o nota de crédito la obligación de un vendedor de entregar tantos bulbos de cierta variedad de tulipán a un determinado comprador para determinada fecha; hasta aquí y todo hubiera estado más o menos dentro de lo racional, pero la euforia era tal que esas notas de crédito comenzaron a su vez a ser negociadas a montos cada vez mayores, en acuerdos que se hacían casi siempre en las tabernas de las ciudades holandesas, surgiendo espontáneamente algo así como un “mercado de valores” de un producto que aún no existía y cuya entrega era incierta dada su dependencia de factores incontrolables, generándose una “burbuja especulativa”, la primera de la historia de la que se tengan registros.

En esta fiebre o tulipomanía participó toda la sociedad neerlandesa de la época, sin distingos de clases, incluso los menos adinerados se atrevieron a vender sus propiedades o a adquirir deudas para hacerse con la promesa de una fortuna cuando pudieran revender un valioso bulbo a un precio varias veces superior al de compra (hubo márgenes de ganancias de hasta un 500 %). La agitación en el mercado continuó hasta el año 1.637, cuando algunos especuladores consideraron como insostenible la tendencia alcista y optaron por vender, en ese momento otros imitaron esta acción, incluso aceptando precios cada vez más bajos, haciendo notar al resto de los participantes que apostarlo todo en la elegante florecilla era un riesgo exagerado, produciendo un escenario de negocios con cada vez mas oferta y con vendedores desesperados por salir ya sea de los bulbos o de las notas de crédito en su poder; de aquí al pánico propio de los estallidos de las burbujas financieras había un paso, como dolorosamente la historia nos ha enseñado ya muchas veces. Tras el colapso del mercado de los tulipanes la economía holandesa quedó severamente golpeada, en recesión y algunos llegan a usar el término quiebra, con consecuencias trágicas para las personas afectadas.

Aunque no dejaron de haber quienes se beneficiaron del episodio, lo hicieron aquellos que supieron salirse de sus posiciones en tulipanes a tiempo, perdieron los que conservaron las mismas hasta que ya no valían prácticamente nada comparado con lo que habían pagado.

De todo lo anterior ocurrido muchos años ya, amigo lector: ¿Sacarás alguna lección para la época que nos ha tocado vivir?

Seguro que sí…

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