Los chinos tienen buenas razones para celebrar desde el pasado 30 de noviembre de 2015… El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha declarado al yuan (¥) como DIVISA OFICIAL DE RESERVA, lo cual tendrá efectos prácticos a partir del 1° de octubre de 2016. Un honor que el signo monetario chino compartirá con tan sólo cuatro otras divisas: el dólar ($) estadounidense, la moneda común europea o euro (€), la libra esterlina (£) británica y el yen (¥, mismo símbolo del yuan) japonés. Un club verdaderamente exclusivo, que muestra inequívocamente el reconocimiento de todos los países del mundo a la pujanza económica de la República Popular China. En palabras de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, la decisión es “un hito importante para la integración de la economía china en el sistema financiero mundial”.
Peripecias del destino: dos antiguos antagonistas rindiéndose pleitesía mutuamente: el representante por antonomasia del capitalismo conservador, el FMI, y el único país comunista económicamente exitoso de la historia. Son tiempos de pragmatismo, seguramente muchas más sorpresas vendrán a futuro.
Y… ¿Qué es una Divisa Oficial de Reserva?
Son aquellas monedas utilizadas por un país para atesorar la riqueza que posee formando parte de una canasta de activos, conjuntamente con otras monedas, los metales preciosos como el oro y las inversiones realizadas por parte de los entes gubernamentales con el fin de preservar o incrementar el patrimonio de la nación. Es decir, son las divisas que conforman las Reservas Internacionales de los países (ver en nuestro website).
Además una Divisa Oficial de Reserva sirve para:
● Formar parte de la combinación de monedas que usa el FMI para el cálculo de los Derechos Especiales de Giro o DEG (una cartera de monedas fuertes utilizadas en el comercio internacional y las finanzas).
● Ser usadas por el banco central de un país para el pago del servicio de la deuda externa.
● Ser Empleada para determinar las tasas de cambio a las cuales transar la moneda local.
● Fijar en sus denominaciones los precios de los bienes transables en el mercado mundial, como la cotización del petróleo y otras materias primas.
Aunque como dijimos, con la inclusión del yuan chino (oficialmente llamado renmimbi que significa “moneda del pueblo”) son 5 las divisas con este estatus actualmente, el dólar estadounidense domina en cuanto a su preferencia a nivel mundial desde su adopción en julio de 1944 en la conferencia de Bretton Woods como principal moneda de reserva; siendo seguido por el euro desde el año 2000, cuando el FMI le reconoció a la moneda europea su condición de divisa sustituyendo al marco alemán y al franco francés.
Cada 5 años el FMI revisa si nuevas monendas reúnen las condiciones para ser de reserva o si las actuales deben dejar de serlo. El yuan está siendo utilizado más frecuentemente en transacciones a nivel mundial y el crecimiento de China le augura mejores tiempos, incluso podríamos pensar en un futuro con tres grandes divisas: el dólar, el euro y el yuan. Para ello la economía China debe sostener su pujanza y las autoridades monetarias de ese país alinearse a la praxis económica ortodoxa de tal manera que garanticen transparencia y seguridad al resto de las naciones, instituciones e inversores a nivel mundial, que son en última instancia quienes deciden en qué moneda guardar sus riquezas.
Pero… Qué beneficios obtiene China con esta decisión del FMI?
En teoría, cabe esperar un aumento en la demanda mundial de la moneda china por parte de países, empresas y personas. Ya que su condición de Divisa Internacional de Reserva otorga al yuan una aceptación universal podríamos imaginarnos a los turistas chinos en el Caribe haciendo uso de su moneda como lo hacen los estadounidenses con el dólar o los europeos con el euro.
También es posible que países que se han alineado con el gigante asiático, como Venezuela, cuya deuda externa con esa nación es considerable, comience a pedir yuanes por su petróleo para comprar con ellos productos chinos y también para honrar sus compromisos con su acreedor asiático, e incluso cambiar en el mediano plazo la composición de sus Reservas Internacionales para incluir al yuan en su canasta de divisas.
Cómo sabemos el precio de las monedas (el tipo de cambio) no escapa a las leyes de la oferta y la demanda por lo que podría esperarse que el yuan ganara valor (se aprecie) en el mercado de divisas mundial concediendo mayor poder de compra a las empresas y ciudadanos chinos, en caso que las autoridades monetarias del país no intervengan aumentando la oferta de dinero (generando circulante) para mantener el precio de la moneda.
Que la moneda de un país tenga la condición de ser Divisa Oficial de Reserva le permite a sus autoridades monetarias hacer uso de su poder para generarla y así aumentar la capacidad de compra y ayudarse en el pago de deudas a nivel internacional, debido a la aceptación generalizada de su signo monetario. Este poder sin embargo no puede ser abusado porque podría poner en riesgo la confiabilidad de la divisa para el resto del mundo, ya que el aumento de circulante deprecia el valor de la moneda y haría disminuir su preferencia entre los agentes económicos.
China, al ser emisor de una Divisa Oficial de Reserva, puede pagar sus importaciones y deudas en yuanes sin necesidad de cambiarlos antes a otra moneda, al dólar por ejemplo, lo que le ahorraría el costo y el tiempo de hacer la convertibilidad para cada compra, disminuyendo los costos de transacción y aumentando la rentabilidad de su comercio con el resto del mundo.
Ahora bien… Hay algún compromiso de China por este honor?
La nobleza obliga. La segunda economía del planeta, China, merecía que su moneda fuera reconocida como Divisa Internacional de Reserva, a pesar que el yuan actualmente ocupa el quinto lugar en cuanto a número de transacciones a nivel mundial (detrás del dólar, euro, libra y yen, en ese orden), se estima que en los próximos años sea cada vez más usada y llegue a desplazar a la moneda inglesa y a la japonesa.
Es importante el peso relativo de la economía y el uso generalizado de la moneda de un país para que su signo monetario sea considerado de reserva, pero mucho más importante es que se le reconozca a ese Estado un compromiso inquebrantable de mantener el valor del dinero en el tiempo, aplicando políticas económicas transparentes que eviten procesos inflacionarios fuertes y prolongados (que minan el valor de la moneda provocando pérdidas a quienes la atesoran) y renunciar a la práctica devalucionista para otorgar competitividad a los productos nacionales en el mercado internacional (de lo cual se ha acusado a los chinos reiteradamente). En caso de no cumplir estas y otras exigencias el yuan sería paulatinamente desechado por los agentes económicos como moneda para guardar sus ahorros, personales y nacionales, además de generar desconfianza en el mismo y preferir otras monedas como pago por los productos y servicios transados. A la larga, en caso de no haber sabido estar a la altura del honor concedido, el FMI podría decidir sustituir al yuan por otra moneda como Divisa Internacional de Reserva… Lo cual seguramente los chinos se encargaran de que no ocurra.
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